PARTECIPO EN EL CONCURSO DE RELATOS 34ª Ed. ¿SUEÑAN LOS ANDROIDES CON OVEJAS ELÉCTRICAS? DE PHILIP K. DICK
" RASCATIERRAS"
Cuando la central nuclear explotó, el aire se volvió tóxico y la tierra un planeta inhóspito. Nos vimos obligados a vivir bajo el suelo. Al principio, los túneles nos ofrecieron la oportunidad de empezar de nuevo. Pudimos retomar la agricultura para nuestros alimentos. Con la ganadería nos las apañábamos. Aprendimos a comer ratas. Fue horrible. Pero tenemos que dar gracias a la tecnología porque conseguimos construir Rascatierras, un tipo de edificio alto que entra en el suelo.
Ya no volveremos a ver la luz del sol ni a jugar con la pelota en una playa. Mi hijo Dante me pregunta cómo era la vida “antes”, cómo se podía vivir sin máscaras para respirar. Yo trato de explicarle que todo era diferente, que había parques con árboles y columpios para que los niños disfrutarán del día.
Dante mira un punto impreciso en la oscuridad de los pasillos subterráneos y pregunta
- Papá, ¿Qué es un columpio?
- Pues un columpio consistía en un asiento que colgaba de una barra metálica con unas cadenas y que los niños lo usaban para divertirse.
Dante sonríe y señala un rincón en la cueva.
-Papá! allí podemos poner un columpio?
De golpe empezaron los temblores.
Son réplicas frecuentes que desde la explosión nuclear tenemos que lidiar con ellas. Cojo a Dante en brazos y recorro la galería rápidamente. Llego al ascensor. Bajamos al piso noventa donde está nuestra casa. Es
un bunker de dieciséis metros cuadrados bien distribuido, hecho de caliza, angosto y poco iluminado preparado para dos personas.
Dante no parece preocupado por las réplicas. Se siente protegido en su hogar. Yo, al contrario, me siento intranquilo. Las grietas se van agrandado cada día.
Un sonido muy fuerte y molesto se propaga por el laberinto de galerías subterráneas. Ha saltado una de las alarmas. Como responsable del edificio tengo que acudir a la sala de mantenimiento.
Es una sala de hormigón macizo de forma hexagonal con una mesa en madera y ocho sillas alrededor de ella. Tres grandes pantallas nos muestran un paisaje devastador.
La ciudad de Nueva York se ha convertido en un enredo de andamios oxidados por los gases tóxicos. La calima hace que el cielo se vuelva naranja.
Mario López es mi ayudante. Aquella tarde me advierte que la alarma se ha activado y que probablemente alguien se ha colado en el edificio.
_ ¿Cómo es posible?, pregunto. Mario está agobiado; toquetea los ordenadores que controlan las cámaras externas.
Me acerco a él e intento calmarle.
- Mario tranquilo, será algún cortocircuito. Es imposible. Ya no queda nadie allí fuera.
Mario me mira de reojo y sigue pulsando las teclas de dos ordenadores a la vez tratando de descifrar códigos para averiguar si de verdad hay un problema eléctrico. Es un cabezota capaz de tirarse horas delante del p
ordenador hasta que no haya solucionado el problema.
El pitido de la alarma sigue impertérrito.
Cassandra Woon es sismóloga. Mirando hacia los sismógrafos dice:
- Los sensores de movimientos han detectado algo, esto no me gusta nada.
Una de las rejas de seguridad que se encuentra en el túnel cuarenta y cuatro ha sido reventada. Un hombre anda por el laberinto de galerías. Está desorientado pero satisfecho de haber encontrado un refugio.
El intruso percibe presencia humana en aquel lugar.
Mario y yo salimos corriendo de la sala de control para dirigirnos hacia el sector cuarenta y cuatro. A lo lejos vislumbra una figura humana que anda cojeando por el túnel.
__Alto! ¿Quién eres?, grito.
El hombre se da la vuelta y apunta la palma de la mano hacia nosotros en gesto de rendirse.
- Me llamo Robert, Robert Palmer.
Al escuchar el nombre del desconocido me quedo impactado.
Pensaba que mi hermano estaba muerto.
- Hola, Frank, soy yo...
Robert y yo nos reunimos con el resto del equipo en la sala hexagonal.
__ Os traigo buenas noticias, gente! Los gases tóxicos ya no nos pueden matar
___ hay esperanza, podemos retomar la vida en nuestro planeta. Mi equipo de rescate nos esta’ esperando fuera y nos llevara’ al refugio antiatómico en Marte.
__ ¿dónde nos llevaras Robert? Pregunta Cassandra con su ligero acento chino
--- no existe ningún antiatómico por allí.
El rostro de Robert va cambiando de color, la piel se va derritiendo y comenzamos a ver las primeras escamas verdes y ojos pálidos donde destacan unas pupilas verticales.
De pronto irrumpen en la sala unos cuantos retinianos. Llevan una fusil láser. Nos amenazan.
No nos podemos rendir tan fácilmente, pero tampoco tenemos las fuerzas para empezar una lucha donde lo vamos a perder todo.
FIN.
Si, pueden leer la mente, apenas dijo que era Robert debieron haberlo vaporizado.
ResponderEliminarEl relato incluye un tema que Philip Dick ha sabido emplear, el tema del impostor infiltrado, que es parte de una invasión.
ResponderEliminarY también está el del mundo al borde de la extinción.
Saludos.
Me ha encantado la palabra "rascatierras" para definir ese "edificio subterráneo"! Tal como lo has descrito he percibido cierta angustia y sensación de ahogo al vivir bajo tierra! Y el personaje final descoloca totalmente! Un abrazo y suerte!
ResponderEliminarHola, Gaetano. Un mundo subterráneo angustioso y claustrofóbico que has sabido plasmar muy bien. El giro final es muy sorprendente. Mucha suerte en el Tintero.
ResponderEliminarMuchas gracias, Gaetano, por participar en la 34ª edición del concurso de relatos de El Tintero de oro, homenaje a Philip K. Dick.
ResponderEliminar¡Un abrazo y mucha suerte!
Un placer! Abrazo
EliminarHola Gaetano la verdad es que da un poco claustrofobia un saludo.
ResponderEliminarEso era mi intención. No es broma me alegro que te haya gustado 😃
EliminarHola Gaetano. Un relato trepidante en el que la acción va de menos a más. El término Rascatierras, que da título al relato, me ha parecido muy original, en contraposición a los tradicionales rascacielos a los que estamos acostumbrados. El final es toda una sorpresa, no esperaba encontrame con unos marcianos al mejor estilo de la serie V. Mucha suerte en el Tintero. Un saludo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Jorge. 😚 Abrazo
EliminarDe solo imaginar esa vida subterránea, sin luz ni aire puro me da terror, debe ser espantoso, me encantó la idea del rascatierras, un edificio hacia abajo en la tierra es muy original.
ResponderEliminarMuy buen relato, saludos.
PATRICIA F.
Muchas gracias Patricia 😊 me alegro que te haya gustado
EliminarUn relato que nos zambulle de lleno en una distopía apocalíptica que se desarrolla en nuestra planeta después de un holocausto nuclear. El final es totalmente sorprendente al aparecer inesperadamente seres alienígenas. Buen trabajo. Me ha gustado.
ResponderEliminarSuerte en el Tintero, un abrazo.
Muchísimas gracias Carles. 👍😃 Abrazo
EliminarEntretenidísima la historia. Al final con sorpresa incluida.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso.
Saludos.
HOLA PEDRO Me alegro que te haya gustado!! ABRAZO
EliminarWoww, vas llevando la acción de menos a más, parece una película!! Muy chulo el relato. Enhorabuena, un abrazo.
ResponderEliminarWoW. Ojalá fuera un peli. Muchas gracias Lola!!!!
EliminarNo me gustaría vivir debajo de tierra. Solo cuando muera...y ya veremos si no me resisto.
ResponderEliminarUn relato muy desasosegante.
Abrazo.
Hola Gaetano. Me ha encantado la palabra "rascatierras", para un edificio subterráneo donde sobrevivir. Angustia, sensación de asfixia y la aparición del personaje infiltrado. Yo sólo pensaba en el futuro de Dante. ¡Me ha gustado tu relato.
ResponderEliminarUn abrazo y ¡ buena suerte!
Hola Gaetano, me ha gustado tu forma de narrar, directa y muy adecuada para lo que sucede en tu relato. Un mundo destruido al igual que la esperanza. El final del cuento es brutal y uno no puede dejar de sentir pena por ese puñado de personas. Muy bueno el recurso de iniciar con el diálogo de Dante y su padre. Nos haces sentir ternura por un niño criado en esas condiciones. Saludos y suerte en el concurso.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Ana 😚
EliminarHola, Gaetano. Una distopía que nos hace sentir la opresión de esa vida en los túneles. Me gustó mucho. Un abrazo
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado Mirna. Muchas gracias
EliminarHola Gaetano. Has escrito un relato vertiginoso donde la angustia palpita en cada túnel. Un niño que desconoce lo que es jugar al aire libre. El temor a que el pseudo hogar también acabe derrumbado, y finalmente, los invasores acaban con las escasas esperanzas de sobrevivir a la hecatombe.
ResponderEliminarMuchas gracias Tara! Los retos literario de ese tipo me encantan. Abrazo
EliminarHola, Gaetano. Terrible futuro nos muestras. Nuestros personajes tienen pocas esperanzas de vida contra los invasores. ¿Qué será de Dante?
ResponderEliminarTe deseo lo mejor en el concurso. Un saludo.
Hola Bruno. Gracias por tu comentario. Me gustaría seguir con la historia y contar que pasa con Dante.Abrazo.
EliminarHola, Gaetano. Parece que casi todos coincidimos en darle un futuro terrible a nuestro planeta. Me ha gustado ese título y cómo nos has hecho sentir el lugar claustrofóbico por el que se mueven.
ResponderEliminarSuerte en el reto!
Hola! Muchas gracias. Espero no sea tan terrible. Abrazo
EliminarUn final muy poco esperanzador, pero es lo que hay. ¿Qué se puede esperar después de un desastre nuclear e invadidos por seres extraños que llevan malas intenciones?
ResponderEliminarUn saludo.
Un tema entretenido para leer, y el final es sorprendente.
ResponderEliminarUn abrazo Gaetano y suerte en el concurso
Puri
Hola Puri.Muchísimas gracias ☺️me alegro que te haya gustado
Eliminar¡Hola Gaetano! Me parece muy original la idea que se te ha ocurrido de llamar a los edificios bajo tierra Rascatierras, utilizando como contrario los rascacielos que ya utilizamos. Me parece que perfectamente podría ser la palabra que se utilizara para denominar estos edificios bajo el suelo si realmente existieran. Un futuro terrible para tus personajes. Si no tenían bastante con la explosión nuclear que los mantiene alejados de la superficie, ahora tienen que lidiar también con una especie invasora que parece no traer muy buenas intenciones. Un saludo y mucha suerte en el concurso.
ResponderEliminarHola Rocío! Gracias por leer mi relato!
EliminarHola, Gaetano. Nos dejas en shock, ni bajo tierra vamos a estar seguros en el negro futuro de tu relato. Tal vez enviando a los intrusos al sótano por el hueco del ascensor que allí ya hace hasta demasiado calor para ellos; ventajas de tus "rascatierras".
ResponderEliminarSaludos y suerte. 🎄🎅🥂🖐️
¡Muchas gracias JM ! ME ALEGRO QUE TE HAYA GUSTADO 📘✍️
EliminarHola, Gaetano.
ResponderEliminarVaya distopía más asfixiante. Vida subterránea, exterior irrespirable e invasión reptiliana. ¡Madremía! No nos salva ni terminato.
Me has contagiado la agonía. Enhorabuena. Buen Relato.
Un Abrazo y Felices Fiestas.
Muchísimas gracias! Jose. Un abrazo.feliz fiestas.
EliminarHOLA A TODOS QUIERO QUE SEPÁIS QUE Vuestros COMENTARIOS ME HAN ANIMADO MUCHO!!! UN ABRAZO 😘😘 PARA TODOS
ResponderEliminarHOLA A TODOS QUIERO QUE SEPÁIS QUE Vuestros COMENTARIOS ME HAN ANIMADO MUCHO!!! UN ABRAZO 😘😘 PARA TODOS
ResponderEliminarHola, Gaetano. Me encantó el relato. Las imágenes del lugar están muy bien narradas, por lo que me fue muy fácil imaginar toda una ciudad subterránea. Suerte en el concurso. Un Abrazo.
ResponderEliminarmuchissimas gracias Cynthia
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